martes, 3 de enero de 2012

Miscelánea

Este artículo es una mezcla compuesta de cosas distintas que se parece más a una macedonia de frutas que a la salsa mayonesa. Un servidor después de 24 años de docencia ha tenido que coger una baja médica, y ha pasado toda una semana escuchando la radio, leyendo la prensa en Internet y viendo la televisión. El resultado es esta mezcolanza, qué bonita palabra, de noticias, hechos históricos, sucesos irracionales y algunas sandeces que no pasarán ni al anecdotario de la Historia, así con mayúsculas. 

Uno se alegra de que haya triunfado esa revolución del pueblo egipcio contra el dictador Mubarak, y que el efecto llamado dominó llegue a otros países y pueblos sin libertad. Pero luego leo que una corresponsal de CBS, Lara Logan, asegura que fue victima de una agresión sexual y una brutal paliza propinada por una veintena de energúmenos en la misma plaza de Tahrir, en el Cairo, donde se celebraba la caída del dictador. La periodista fue "salvada" por un grupo de mujeres y una veintena de soldados egipcios. Se recupera en un hospital de EE.UU. de sus secuelas físicas, porque de las psicológicas tardará una vida más. Y me pregunto si la libertad seguirá siendo sólo para los varones machitos que no respetan a las mujeres en absoluto. Decepcionante y execrable a todas luces de la razón y de las emociones.

La dichosa ley antitabaco vuelve a la carga contra los hosteleros que se declaran insumisos, alguno con cierta chulería, y como aviso a navegantes, la fuerza de la ley cae sobre ellos sin compasión. Ya lo decían los romanos “Dura lex sed lex” que se puede traducir como ‘ La ley es dura, pero ley’. Pero esto no quiere decir que una cosa sea justa por el mero hecho de ser ley, ha de ser ley porque es justa. Sin entrar en disquisiciones, creo que hay que legislar para las minorías también, y no mandarnos a los fumadores a la P. calle.  Muchos otros del gremio de hostelería se manifiestan en Castilla y León porque ven cómo sus negocios van cayendo en picado. A quién se le ocurre sacar esta ley en tiempos de crisis, quizás a la misma persona que ejerce de crítica literaria y nos asevera, sentando cátedra, que en la obra musical ‘Hair’ pueden simular que están fumando como se simulan los asesinatos, y que no afecta para nada a la creatividad. Mi profesor de Latín de Bachillerato, don Ángel Martín, siempre nos decía que la ignorancia era muy atrevida.

Tengo unas ganas inmensas de volver a mis clases, pues aquí cada vez me siento más controlado, y voy sintiendo como van cayendo poco a poco una buena porción de mis libertades individuales. Ya no son sólo las compañías de telefonía o los bancos que conocen tu vida y milagros, y al menos sus fines son lucrativos o de negocio, lo peor de todo es este afán desmedido de prohibir por prohibir que se ha  puesto tan de moda. He escuchado que quieren controlar un poco más a las distintas cadenas de televisión con una especie de tribunal que valorará los contenidos de los programas. No pienso en una nueva censura, Dios me libre, aunque no tiene muy buena pinta.  He leído que la famosa ley Sinde saldrá adelante, al fin podrán controlarnos en Internet, y cerrar páginas web, eso sí,  hoy por cuestiones de propiedad intelectual. Pero mañana pudiera ser por otros motivos, digo yo.

En fin, no sé si este misceláneo artículo se parece a la macedonia de frutas del principio o a una salsa agridulce para diabéticos.

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