martes, 3 de enero de 2012

Esclavos modernos


La globalización del abuso
"Esclavos modernos"es una obra repleta de testimonios de la miseria y explotación que sufre una gran parte de la población mundial. Millones de personas que están sometidas a unas condiciones laborales infrahumanas fruto de la llamada globalización económica. Cuando uno lee estas páginas y escucha la voz de los sin voz, quiere pensar que se está hablando de otra época, pero por desgracia no es así. Aborda los tres grandes tipos de explotación moderna: laboral, sexual y tráfico de seres humanos. No se deja en el tintero a todos aquellos inmigrantes que siguen llegando a España buscando una nueva vida, y se encontraron con una realidad diferente. Desde mujeres presas en redes de prostitución, hasta las sirvientas domésticas que carecen de cualquier tipo de protección.

Nos lleva por distintos países, aquellos que eufemísticamente llamamos en vías de desarrollo: Filipinas, Brasil, Honduras, Camboya, Vietnam Donde esa explotación es más descarada, y, si cabe, más sangrante. Niños que no han tenido infancia por trabajar; mujeres y niñas secuestradas para ser vendidas como esposas; adolescentes obligadas a comerciar con su cuerpo, o jóvenes que trabajan de sol a sol sin ningún derecho laboral en fábricas insalubres y con un salario precario.

Una reflexión amarga que llena de impotencia y de vergüenza por este mundo que estamos construyendo. Ese sufrimiento humano con nombres propios que impregna cada una de las páginas de este libro queda velado muchas veces porque lo queremos tapar con nuestro bienestar, o con las marcas de ropa que usamos. Me ha traído a la memoria aquel otro trabajo escrito por los periodistas austríacos Klaus Werner y Hans Weiss, titulado "El libro negro de las marcas", una investigación rigurosa sobre la falta de ética de las multinacionales. Esas grandes empresas con marcas famosas y caras, cuya mano de obra es contratada en estos países pobres y explotados. Según David Dusster, tras la caída del comunismo como ideología alternativa al capitalismo, el mundo monolítico del neoliberalismo ha emprendido una nueva 'revolución' de la división internacional del trabajo, donde las economías ricas dictaminan las condiciones de los países pobres, y ya sabemos las consecuencias tan nefastas para estas personas

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