“La juventud actual condensa y refleja los problemas de una sociedad compleja” es una de las ideas de este joven nonagenario, nacido en Alemania y criado en Francia. Prisionero en Buchenwald , campo de concentración nazi de donde logró huir de una muerte segura. Diplomático, escritor y militante político francés. Tras la Segunda Guerra Mundial, Stéphane Hessel participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ahora, a sus 93 años ha escrito un manifiesto de treinta y tantas páginas con el objetivo de concienciar a la juventud de que hay que luchar de forma pacífica contra la dictadura actual de los llamados mercados financieros, que amenazan la paz y la democracia. Su llamamiento es claro y rotundo pues siente que ha llegado la hora de que los jóvenes dejen atrás la indiferencia y que luchen políticamente por la ética y la justicia. Otro ‘joven’ y admirado escritor ha prologado'¡Indignaos!', que es así como titula Hessel su libro. También con 93 años el profesor José Luís Sampedro pone su brillante granito de arena a esta sana proclama. Más de millón y medio de ejemplares vendidos en Francia, y en España la editorial Destino ha agotado sus primeras ediciones. El boca a boca y las redes sociales se han encargado de la amplísima difusión de esta obra, cuyo título es toda una consigna que está despertando a millones de indignados, entre los que se incluye un servidor, con la situación actual que estamos padeciendo. Nunca había sido tan evidente, por lo menos para el común de los mortales, la gente corriente, que el poder económico gobierna Europa. Es ahora, con los recortes y continuas revisiones del Estado del bienestar cuando empezamos a despertar de nuestra ingenua visión desde un país rico que nadaba en la opulencia, o eso creíamos. Las vacas ya no están delgadas sino famélicas. Lo extraño es que nadie alce la voz, somos todos muy sufridos, y nos queda mucho de ese sentido trágico de la vida o de esa resignación cristiana, o mejor dicho católica, que tanto daño ha hecho a este pueblo español. El intelectual Stéphane Hessel ha estado en España y nos ha dicho que la juventud española es muy importante para Europa, que son los herederos de los ideales de Don Quijote. Pero el informe de la Fundación Santa María constata que esos jóvenes ya no son tan quijotescos, pues se reconocen “egoístas, consumistas y que sólo piensan en el presente” es decir, se han convertido un poco más parecidos a Sancho Panza. Además la mitad de ellos se declaran ateos, agnósticos e indiferentes, y les preocupa su salud, seguida de la búsqueda de un trabajo, y la posibilidad de vivir independientes, fuera del domicilio paterno. A algunos les puede parecer una barbaridad esa falta de valores más espirituales o simplemente cívicos, como a mi amigo el profesor José Manuel Ruiz con quien en alguna ocasión he hablado de este asunto. De todas las formas, no olvidemos que las nuevas generaciones se han mirado en el espejo de los adultos, nosotros somos o deberíamos ser sus referentes. Seguro que en algo hemos tenido que fallar. Para no faltar a la verdad hay que decir que entre la juventud hay de todo como en botica, chavales y chavalas que estudian, trabajan y son muy responsables. Y qué me dicen de nuestro Sistema Educativo con tanta reforma y contrarreforma, pero eso es harina de otro costal de la que sin duda hablaremos. Clemente Barahona Cordero. Profesor y escritor.
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