jueves, 23 de agosto de 2012
Paisajes del Duero
Padre Duero
'Paisajes del Duero' es un libro espléndido tanto en su forma como en su contenido. Unas preciosas fotografías de Félix Navarro de Luz, de gran calidad, y unos textos, muy bien escritos, del escritor y periodista Ubaldo de Casanova y Todolí.Comienza este recorrido en el manantial del nacimiento de este gran río, en los Picos de Urbión, en Soria. Ochocientos noventa y siete kilómetros de longitud, de los cuales quinientos setenta y dos transcurren por Castilla y León, ciento doce por la frontera internacional (Arribes del Duero / Douro) , y el resto, es decir, doscientos trece kilómetros, por la Región Norte de nuestro país vecino Portugal, hasta su desembocadura en Oporto.Imágenes y letras logran que nos hagamos viajeros, compañeros de viaje del padre Duero. Un viaje repleto de productos y encantos. Los espacios naturales, la flora y la fauna ocupan un lugar primordial. Un recorrido fluvial donde el hombre y su cultura adquieren un protagonismo esencial junto a ese gran río generador de vida.Los monumentos, la historia y las pequeñas historias cotidianas parecen contadas a ritmo de estrofas de agua, como los bellos versos que dedicó Gerardo Diego, poeta de la Generación del 27, a este río que también Antonio Machado cantó desde su Soria enamorada. No faltan la descripción y enumeración de los alimentos bañados por sus aguas, la gastronomía de sus tierras, pueblos y ciudades, o el gran, popular y viejo protagonista que es el vino. Una descripción fiel, tentadora y apetecible de esos productos de la fértil tierra.Paisajes del Duero no solo es una guía bonita, de calidad y casi lujosa, sino que es un trabajo de campo, serio y muy bien documentado. El epílogo de esta obra sintetiza a la perfección el lugar fundamental que ocupa,y el significado que tiene el Duero para Castilla y León. Nos dice su autor: «Ha quedado claro el papel que el río Duero/Douro juega como fertilizador de las tierras castellano y leonesas y portuguesa, el polo de atracción que resulta como asentamiento humano, el hábitat que representa para las aves rapaces y el lugar donde la raza merina y el toro de lidia conviven, a orillas del cual, lucen verdes álamos, robles y encinas que cobijan tierras de romero, tomillo salvia y espliego...».
'Paisajes del Duero', Ubaldo de Casanova y Todolí. Fotografías de Félix Navarro de la Luz. Edita ITACYL .207 páginas.
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