No nos engañemos, la llamada clase media, que según los
expertos es un invento muy nuevo, corre un serio peligro de quedarse a “la
cuarta pregunta”. La exclusión social llama a su puerta junto a la Navidad , con mula y buey incluidos.
Por decisión de estos señores
que dicen gobernarnos, el pensionista medio de este país deja de cobrar 436
euros. Una de tantas líneas rojas saltada a la torera, digo a la torera porque
esa fiesta nacional sí sigue subvencionada. Los equipos del deporte o negocio
rey, deben a la hacienda pública y a la seguridad social, pero eso es pecata
minuta. Mientras funcione el ‘panem et circenses ‘que entretengan a las masas,
cada vez más hambrientas, que se lo pregunten a Cáritas y Cruz roja, no hay muchos problemas, y si los hubiere,
para eso está la policía o los Mossos d’Esquadra, que aunque apaleen y torturen,
ya se les indultará. Y los 200 jueces que se manifiestan contra esta barbaridad
que huele a los viejos tiempos dictatoriales, que se dediquen a lo suyo. El
caso es que tampoco quieren desahuciar a los que se han quedado sin trabajo y
no pueden pagar esa hipoteca abusiva, pero la vieja ley decimonónica pende
sobre el débil como una espada de Damocles. Otra vez este gobierno se pliega a
las exigencias de los ricos banqueros, que no bancarios. Solo nos queda esperar
a que el Tribunal europeo se pronuncie y diga lo que todo el mundo piensa y
sabe sobre esta ley desproporcionada e injusta.
Las protestas recorren este
país maltrecho, vestidas de colores; el blanco de la Sanidad , el verde de la Educación , el negro de
los funcionarios, el naranja de los dependientes y servicios sociales, el
violeta para los que defienden los derechos de las mujeres, y un largo etcétera
donde incluiremos a los pensionistas y parados con malos hábitos adquiridos
como el de no trabajar, según Ángel Gurría, secretario de la OCDE. Apenas ha estado 24 horas
en España y se permite la desfachatez y la sinvergonzonería no solo de pedir un
despido más barato aún, sino también de insultar a los parados de larga
duración, llamándoles vagos. No nos extrañe, pues una señora rica de papá
y diputada, ya dijo ‘que se jodan’
cuando bajaron la prestación por desempleo. Ya saben, ‘después de puta, poner
la cama’.
Si usted tiene por fortuna una
nómina, sin extras, le descontarán un veintitantos por ciento, más el diez que
ya le han bajado, pero si tiene dinero de verdad, es decir, es rico, será más
rico porque la deducción es ridícula. Pagamos más impuestos, te bajan el sueldo
cuando quieren, te quitan las pagas extras, sube el IPC por encima de las
previsiones de estos genios, como siempre, volverán a subir el IVA…
Pero estamos a las puertas de
la Navidad ,
no se deprima ni se ponga enfermo, y aunque tenga dos hijos universitarios con
su subida brutal de las tasas, sonría como el escudero pobre del Lazarillo de
Tormes.
Termino porque no les quiero
agobiar. Cada vez somos más los que estamos a esa ‘cuarta pregunta’ que les
decía al comienzo. Es una frase hecha popular que tiene su origen en las preguntas
que se hacían a los detenidos, siguiendo los hábitos procesales: 1ª, nombre y
edad; 2ª, patria y profesión; 3ª, religión y estado; 4ª, rentas. El declarante
siempre respondía que no tenía ningún dinero, que era pobre de solemnidad, y si
volvía a aparecer alguna referencia al dinero, siempre el detenido respondía
que estaba a la cuarta pregunta.
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